La llegada del calor también nos trae algunos problemas de salud que podemos prevenir con las medidas adecuadas.

Para tener un verano lleno de salud, sigue estos consejos.

1-Golpes de calor.

Con la llegada del verano, llegan las olas de calor, y con ellas, los golpes de calor, un conjunto de síntomas que pueden ser peligrosos. Debemos tener precaución con los niños y niñas y personas de más edad, trabajadores expuestos al sol, personas dependientes para su cuidado o con dificultad para moverse, así como los enfermos crónicos o que estén en tratamiento con ciertos medicamentos como antidepresivos o diuréticos.

Pueden evitarse siguiendo unos sencillos consejos.

Evita salir de casa en las horas de más calor, las horas centrales del día.

Busca lugares con sombra y en los que puedas descansar y refrescarte.

En la calle usa ropa de tejidos naturales y de colores claros. También gorra o sombrero. No debes exponer la cabeza al sol directo durante demasiado tiempo.

No realices actividades físicas dentro de casa (tareas del hogar, bricolaje o jardinería) ni hagas deporte durante las horas de más calor. Hazlo a primera hora de la mañana o durante la tarde al caer el sol.

Baja las persianas para que el sol no entre en casa y la caliente. Abre las ventanas durante la noche.

Refresca tu casa con ventiladores o aire acondicionado y si no consigues refrescarla, acude a un centro comercial, cafetería, cine o local que tenga aire acondicionado durante las horas de más calor.

Bebe agua y líquidos, aunque no tengas sed. Ten siempre a mano una botella de agua.

Evita comidas demasiado calóricas o muy calientes. Es mejor comer ligero.

Refréscate a menudo, con duchas o agua fresca.

Y si a pesar de todo, te encuentras mareado, confuso, con dolor de cabeza y náuseas, puedes estar sufriendo un golpe de calor.

Si te encuentras con una persona que tiene alguno de estos síntomas en época de calor:

Piel enrojecida, caliente y seca.

Mareos, náuseas, confusión.

Debilidad extrema, cansancio, adormecimiento, aturdimiento.

Sensación de desmayo.

Dolor de cabeza intenso con náuseas.

Debes mantenerla a la sombra, sentarla o acostarla y refrescarla inmediatamente. Si está alerta, dale agua. Si pese a estas medidas no se recupera, avisa a un servicio de urgencias.

Si perdiera el conocimiento, mantenerlo tumbado de lado, en la sombra y refrescando su piel hasta la llegada de la ayuda sanitaria.

2-Deshidratación.

Bebe agua aunque no tengas sed, perdemos agua con el sudor y existe mayor riesgo de deshidratación, en los más pequeños, mayores y personas con enfermedades crónicas.

Toma alimentos que en su composición tengan gran cantidad de agua, como frutas, sopas frías, licuados y verduras.

Evita estar al sol y hacer actividades físicas en las horas centrales del día.

3-Quemaduras solares.

El sol es esencial para la vida, nos da calor, luz, promueve la producción de vitamina D y nos pone morenitas. Pero puede convertirse también en el responsable de quemaduras solares que puede variar en gravedad y tener efectos duraderos en la piel. La quemadura es una respuesta inflamatoria al exceso de luz ultravioleta.

Una quemadura solar generalmente se desarrolla horas después de la exposición a la luz solar, alcanzando su máximo a las 12-24 horas y comienza a disminuir a partir de las 72 horas. La intensidad de la quemadura depende del tiempo y horario de exposición, el clima, la latitud, el espesor de la capa de ozono, el grado de pigmentación previa y el tipo de piel.

Las quemaduras leves ocasionan un eritema o enrojecimiento de la piel, que luego se descama, se pela. Pero en los casos más graves, pueden aparecer otros síntomas como fiebre, náuseas, vómitos, dolores de cabeza, lipotimia…

Aunque los síntomas de la quemadura solar desaparezcan en pocos días, el daño en el ADN de la piel permanece, aunque las células pueden recuperarse del daño, si se repite la misma quemadura pueden originar lesiones en la piel malignas.

Utiliza siempre un fotoprotector con alto factor de protección (SPF 50+) y de amplio espectro para proteger tu piel de los rayos UVA y UVB.

Asegúrate ponerte el protector solar 30 minutos antes de la exposición al sol y repetir la aplicación cada dos horas, o con mayor frecuencia si nadas o sudas. Evita la exposición solar entre las 12 y las 16 horas, cuando los rayos UV son más intensos.
En un día nublado los rayos solares también son dañinos y se deben tomar las mismas precauciones.
Complementa tu protección con medidas físicas: utiliza sombreros, gorras, ropa de manga larga y gafas de sol para resguardar tu piel y ojos del sol.
Mantén tu piel y cuerpo hidratados. Bebe agua.

El tratamiento de las quemaduras por el sol busca aliviar el dolor, la hinchazón y las molestias. Si aparecen ampollas, lava la piel con agua fría unos minutos, aplica crema y apósitos especiales para quemadura.

Evitar aplicar hielo y romper las ampollas, ya que se pueden sobre infectar y retrasar su curación. Si las ampollas se rompen, se puede aplicar un antiséptico como la clorhexidina. En caso de dudas, o si la quemadura es muy extensa, se recomienda acudir a un centro de salud.

En los lactantes no se debe poner fotoprotector, nunca a los menores de seis meses. Y se debe evitar la exposición solar en los menores de tres años. Recuerda que la ropa no protege por si misma del sol.

4-Intoxicación alimentaria.

Con la llegada del calor se aumenta el riesgo de tener una intoxicación por alimentos colonizados por bacterias (entre otras e. coli y salmonela), virus (como el de la hepatitis A) o parásitos (anisakis en el pescado).

Sigue estos consejos para evitar riesgos.

Compra carne, pescado y verduras en establecimientos que tengan garantías higiénicas.

Antes de cocinar, lávate las manos.

Si cocinas hamburguesas, no las hagas al punto. No debe quedar carne rosada en su interior.

No uses el plato donde has colocado la carne de pollo, cerdo o ternera cruda para servirla cuando esté cocinada.

No comas carne picada cruda.

Nunca descongeles carne fuera de la nevera.

Mantén la carne separada del resto de los alimentos y usa diferentes utensilios para cortar o trinchar.

Refrigera cuanto antes los restos de carne cocinada o mejor tíralos.

Lava bien las verduras antes de consumirlas. Las que crecen a ras del suelo son las más susceptibles de estar contaminadas.

Si se trata de una lechuga o espinacas, deben ser lavadas hoja a hoja.

Pela los calabacines, pepinos, zanahorias, apio y patatas.

No uses el mismo cuchillo para pelar que para trocear las verduras, lávalo antes.

Evita usar perejil fresco o lávalo antes.

Compra huevos etiquetados y envasados, en establecimientos que conozcas. Mantenerlos refrigerados hasta su consumo.

No laves los huevos al comprarlos o al guardarlos en la nevera, porque la cáscara es porosa y entrarían los microorganismos.

Si haces mayonesa, se debe consumir inmediatamente y no guardar el sobrante.

No consumas mayonesas o postres hechos con huevo en bares o restaurantes.

Evita comer pescado crudo, ahumados, poco cocinados o en vinagre.

El pescado debe estar congelado a -20ºC durante al menos 24 horas. Nuestros congeladores no llegan a esas temperaturas, por lo que te recomiendo comprarlo ultracongelado en alta mar.

Recuerda: Separar los alimentos, cocinarlos bien, refrigerarlos, lavarte las manos y lavar los alimentos y utensilios.

Y si pese a las precauciones presentas un cuadro de intoxicación con diarreas, bebe agua y solución reponedora de electrólitos. Si el cuadro no se autolimita en 24 horas, presentas fiebre o sangre en las heces debes acudir a un centro de salud. Consulta siempre en caso de niños menores de dos años, personas mayores de 80 años o con enfermedades crónicas.

5-Ahogamientos.

Enseña a nadar a tus hijos e hijas cuanto antes.

Asegúrate de que los que no saben nadar o estén aprendiendo a hacerlo lleven puesto un dispositivo adaptado a su edad, que los mantenga a flote y con la cabeza fuera del agua.

Evita que jueguen a darse empujones en el borde de la piscina, a saltar uno sobre otro, a hundirse, a tirarse boca abajo por el tobogán…

Usa vallas protectoras en las piscinas particulares. No les dejes bañar sin supervisión.

6-Cortes de digestión.

Los mal llamados “cortes de digestión” son debidos a la diferencia de temperatura, cuando hablamos de cortes de digestión es un proceso que ocurre cuando nos metemos en el agua al terminar de comer, pero también puede deberse a otras causas, como hacer ejercicio intenso después de una comida o por tomar el sol en temperaturas elevadas. Esto sucede porque la sangre que se concentra en el estómago y no llega oxígeno suficiente a los músculos ni al cerebro. Pudiendo tener calambres musculares y si no llega sangre al cerebro, un desmayo. Si esto ocurre bajo el agua es muy peligroso.

Los síntomas del corte de digestión son: escalofríos, vómitos, visión borrosa, mareos, náuseas, lipotimia…

Las personas más vulnerables son las más pequeñas y las personas mayores, ya que tienen el mecanismo de termorregulación menos maduro, también las personas con enfermedades previas y las que hayan consumido drogas y alcohol.

Para prevenirlo, evita las comidas copiosas antes de realizar deporte, o de meterse en el agua y entrar en el agua lentamente, habituándose al cambio de temperatura. Lo ideal es comer muy ligero cuando vayas a la playa o piscina, lo más adecuado son las verduras, frutas, alimentos que contengan agua.

7-Infección de orina.

Tener ganas constantes de orinar, ir al lavabo y no conseguirlo, sentir ardor o escozor al orinar o, incluso la orina se acompañe de sangre, también molestias y sensación de peso en la parte baja del vientre. En verano es más frecuente, puede deberse al aumento de humedad en la zona de los genitales por el calor y el sudor. De esta manera, se altera la flora vaginal normal y se puede producir la proliferación y crecimiento de bacterias patógenas que pasan desde la uretra y a la vejiga, el aumento de relaciones sexuales o la excesiva higiene de los genitales femeninos, destruyendo su flora.

Las infecciones de orina se deben a una alteración en la microbiota intestinal y vaginal y a un sobrecrecimiento de bacterias patógenas responsables de este tipo de infección, en su mayoría Eschericia coli.

La infección de orina o cistitis es una infección de la vejiga que afecta más a menudo las mujeres que los hombres. El motivo es que la vía urinaria es más corta en las mujeres, llegando más fácilmente las bacterias a la vejiga. En las mujeres con bajos niveles de estrógenos también son más frecuentes las infecciones de orina.

Para prevenirlas, sigue estos consejos:

Mantén una hidratación adecuada. Bebe, con mínimo, 2 litros de líquidos al día, y sigue una alimentación rica en frutas y verduras.

Orina con frecuencia y antes y después de las relaciones sexuales. No retengas la orina.

Para evitar alterar la flora vaginal, no uses productos irritantes en el área genital como espermicidas o duchas vaginales y usar ropa interior de algodón. Cambiar frecuentemente el bañador húmedo por ropa interior seca.

Puedes tomar un analgésico suave para el dolor, coméntalo con tu profesional de la salud.

Aumentar la ingesta diaria de agua: es una medida muy efectiva para reducir la aparición de nuevas infecciones de orina porque arrastra a las bacterias causantes de la cistitis e impide que se instalen en las vías urinarias.

Puedes tomar arándanos rojos, te ayudarán a evitar las infecciones de orina recurrentes.

Algunas cepas probióticas, las de lactobacilos, ayudan a mejorar las molestias urinarias y prevenir su repetición.

8-Picaduras de insectos.

La picadura de mosquito nos acompaña en los meses cálidos.

Hay diferentes tipos de mosquitos y en algunos países son transmisores de enfermedades que pueden ser de gravedad, como el paludismo, el dengue, la encefalitis o la fiebre amarilla.

Si vas a viajar a zonas donde existen enfermedades transmitidas por mosquitos, debes contactar con el servicio de salud para el viajero de tu ciudad.

Las especies que transmiten enfermedades más peligrosas viven en zonas tropicales y el clima de España no lo es, pero es conveniente saber prevenir la picadura de estos insectos por las molestias que ocasionan.

Los mosquitos necesitan agua para su ciclo reproductivo, por eso es importante evitar acumulaciones de agua.

Para prevenir sus picaduras, debes vaciar recipientes, platos de macetas, floreros, ceniceros, cubos de fregar o cualquier recipiente donde pueda estancarse agua.

Si tienes animales domésticos, vacía y limpia cada día su bebedero.

Tapa el lavadero y evita los charcos de agua en el suelo de terrazas y patios. Mantén las cañerías de desagüe sin obstrucciones.

Puedes instalar una mosquitera en las ventanas o puertas, o mantenerlas cerradas. Y cubre lo máximo posible de tu piel con ropa si estás fuera de casa desde el anochecer al amanecer.

Ciertos mosquitos pican de día (el llamado mosquito tigre, por ejemplo) pero en general suele hacerlo en horas crepusculares (amanecer y anochecer) y de noche. Extrema las precauciones cerca de ríos o pantanos.

Usa repelente de mosquitos en el exterior y rocía con él ventanas y accesos. No se debe usar en niños menores de dos años. También puedes usar citronela, que es un repelente natural.

Lávate las manos tras aplicarte el repelente y no lo uses sobre la boca, ojos o heridas.

Si al aplicar el repelente notas una reacción en la piel, lávala inmediatamente con abundante agua fría.

Si pese a las medidas preventivas te pica un mosquito, lávate la zona con agua fría y pásate un cubito de hielo por la piel, tal como indicaba en el vídeo del uso del frío en primeros auxilios.

Puedes usar un stick postpicaduras o loción con calamina, ambos alivian los síntomas del picor. Revisa el vídeo del botiquín donde aconsejo qué debe contener.

Evita rascarte con fuerza para no hacerte una lesión en la piel que pueda empeorar infectándose.

Las molestias por picadura de insecto suele ser ligeras, pero pueden darse casos de reacciones alérgicas graves que requieran tratamiento urgente.

Acude a un centro sanitario si observas que la zona de la picadura está endurecida, caliente y enrojecida (pueden ser signos de infección), si el picor no cede con las medidas descritas y se extiende por todo el cuerpo. Si notas dificultad para respirar, mareos o debilidad tras la picadura.

9-Los debidos al uso del aire acondicionado.

En casa, enciende el aire acondicionado en las horas de más calor y siempre a temperatura constante de termostato entre 24 y 26º C

El ambiente es más seco, bebe agua para que tus mucosas (boca, garganta, ojos, nariz) no se resientan, ya que pueden aparecer rinitis, alergias al polvo, faringitis, tos irritativa y sequedad ocular.

Ventila la estancia donde tienes el aparato del aire acondicionado durante 15 minutos todos los días cuando no esté funcionando.

Evita usar el aire acondicionado mientras duermes, ya que durante la noche la temperatura corporal desciende.

Los bebés y niños pequeños no deben dormir en habitaciones con aire acondicionado en funcionamiento, ellos regulan peor su temperatura y tienen tendencia a moverse y destaparse con riesgo de enfriamiento.

Mantén limpias de polvo las rejillas de salida del aire siempre que tengas acceso a ellas, limpia las rejillas con una solución jabonosa antes de su primer uso.

Las plantas ayudan a mantener el ambiente húmedo y oxigenado durante el día, colócalas en la estancia donde esté el aparato del aire.

En ocasiones, el ventilador puede ser suficiente. Evita el aire acondicionado si con el ventilador, ropa ligera y las persianas bajadas te mantienes refrescado.

Usa el sistema de ahorro de energía del aparato de climatización si lo tienes, se apagará si en la estancia no hay nadie. Apágalo si no vas a permanecer en la habitación.

El aire acondicionado usado correctamente te producirá sensación de confort en verano y será beneficioso, pero un mal uso puede acarrear consecuencias negativas para tu salud y la de los tuyos y para el medio ambiente.

10-Disfruta del verano con salud

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