Nuestros oídos merecen un cuidado especial. No voy a hablar de problemas que nos puedan ocasionar, sino de su higiene.
Una higiene correcta puede evitar problemas futuros.
El conducto auditivo tiene forma de embudo. Dentro de él, en el llamado conducto auditivo, se forma cera que sirve de defensa ante agresiones externas, como cuerpos extraños o insectos que puedan entrar en él.
Se forma cera a diario y también se va eliminando de forma natural a través del oído y hacia el exterior. Si introducimos cualquier objeto en el oído, arrastramos esta cera y podemos causarnos una lesión.
En cambio, podemos limpiar el pabellón auricular tras la ducha, con un bastoncillo, sin apretar, secando los pliegues y retirando la cera que ha quedado en el exterior.
También es adecuado el uso de un irrigador de agua marina una o dos veces por semana, para retirar el exceso de cerumen y evitar la formación de tapones de cera.
Se puede usar en bebés a partir de los 6 meses, su uso es seguro y sencillo.
Ni se debe aplicar si tienes dolor en los oídos, infección (otitis), tímpano perforado o si te has sometido a una cirugía de oído recientemente, tampoco si tienes un tapón de cera o problemas de equilibrio.
Si eres diabético o tienes un trastorno en la inmunidad debes consultar con un profesional sanitario. Te indicará la mejor manera de cuidar tus oídos.
La piel de la parte externa del oído, el llamado pabellón auricular, puede verse afectada por dermatitis y procesos descamativos.
Si observas problemas en la piel de tus oídos, debes acudir a un profesional sanitario.
ay Rosa, que tu post me va a poner ante un conflicto que no debiera decir: cuando te “impias” los oidos con el algodoncito, que no debieras, pero más que limpiar es por gusto…creo que voy a compatibilizar
Aparte de todo, gracias por los vídeos. Un curro genial.