Saber usar un inhalador correctamente es importante para que el tratamiento sea efectivo.

Siempre que sea posible, se debe adaptar el sistema de inhalación a la edad y capacidad de cada persona. Eso se debe determinar con el profesional sanitario.

Existen varios sistemas de inhalación: inhalador de cartucho presurizado, de polvo seco (de dosis única o multidosis) y el nebulizador.

También pueden usarse cámaras de inhalación, pero deben ser compatibles con el dispositivo de inhalación presurizado. Consulta este listado o esta tabla.

Realizar correctamente una inhalación requiere cierto entrenamiento.

Realiza las inhalaciones sentado o lo más incorporado que sea posible.

Prepara el dispositivo previamente:

Si es un inhalador presurizado: agitarlo, si es de polvo seco: cargarlo y si es un nebulizador: preparar la medicación y conectarlo.

Inhalador presurizado:

Vacía el aire de tus pulmones con un soplido lento.

Coloca el dispositivo en tu boca, cierra tus labios alrededor de la boquilla sin apretar.

Empieza a coger aire por la boca.

Presiona el inhalador y continúa cogiendo aire por la boca.

Retira el dispositivo de la boca, mantén los labios cerrados y aguanta la respiración durante diez segundos.

Saca el aire lentamente como si estuvieras apagando una vela despacio.

Tapa el inhalador.

Enjuágate la boca con agua.

Una vez a la semana, retira el cartucho del plástico y lava el plástico con agua y jabón. Enjuágalo bien y sécalo. Introduce el cartucho de nuevo.

Las cámaras de inhalación sirven para mejorar la entrada del medicamento en los pulmones, al evitar el problema de  la coordinación entre coger aire (inspiración) y la pulsación (salida del medicamento).

Acopla el cartucho al agujero de la cámara en posición vertical, debe quedar correctamente ajustado (debe ser compatible).

Saca el aire de los pulmones.

Coge la cámara con una mano y acércala a los labios, cierra los labios alrededor de la boquilla de la cámara. Con la otra mano coge el inhalador y aprieta el dispositivo una vez.

Coge aire de la cámara.

A partir de aquí puedes realizar una única inspiración profunda, retirar la cámara de la boca y aguantar la respiración diez segundos o un mínimo de tres.

Respirar de cinco a seis veces normalmente dentro de la cámara.

Enjuágate la boca tras la inhalación.

Desmonta y lava con agua la cámara después de cada uso.

Hay dos tipos de inhaladores en polvo, los de dosis única y los de multidosis.

En el inhalador en polvo de dosis única necesitas introducir el medicamento dentro del dispositivo y presionar el botón que perfora la cápsula que libera el producto antes de la inhalación.

Saca el aire despacio de los pulmones.

Acerca la boquilla a los labios y ciérralos alrededor.

Coge el aire profunda y lentamente.

Retira el dispositivo de la boca y con los labios cerrados aguanta la respiración diez segundos.

Abre la boquilla y tira la cápsula.

Enjuaga la boca con agua.

Limpia el dispositivo una vez al mes, abre todas sus partes (tapón, boquilla y base) y lávalo con agua caliente. Déjalo secar durante un día.

El sistema multidosis puede tener forma de barra o de disco. El que tiene forma de tubo debe activarse girando la parte inferior del dispositivo, primero hacia la derecha y luego hacia la izquierda hasta oír un “clic”.

Saca el aire de los pulmones.

Acerca el dispositivo  a la boca y ajusta los labios entorno a él.

Coge aire por la boca para que el medicamento entre en tus pulmones.

Retira el dispositivo de la boca y con los labios cerrados contén la respiración diez segundos.

Saca el aire por la boca lentamente.

Repite el proceso si necesitas otra inhalación, esperando unos treinta segundos entre ellas.

Enjuágate la boca con agua.

El inhalador de sistema multidosis en forma de disco debe cargarse accionando la palanca lateral hasta oír un “clic” y proceder a la inhalación de forma similar al anterior.

Estos dispositivos no se deben mojar con agua, utiliza un pañuelo de papel para limpiar la boquilla tras su uso.

Tienen un indicador de dosis que debes ir controlando.

El nebulizador es un aparato eléctrico que convierte en vapor al medicamento para que se pueda respirar.

Algunos funcionan con electricidad y otros van con baterías o pilas, también los hay de diferentes tamaños.

El uso de un nebulizador requiere supervisión previa, entrenamiento y seguimiento de instrucciones, tanto para la preparación de la medicación como para el uso del aparato nebulizador. También requiere disponer de un servicio técnico y conocer a quién acudir en caso de fallo del aparato.

Errores frecuentes:

No sacar el aire completamente antes de la inhalación.

Falta de coordinación pulsación e inspiración.

Usar una cámara no compatible o no adecuada a la edad.

No colocar bien el dispositivo en la boca.

Hacer varias inhalaciones seguidas.

No esperar entre “puffs” con dispositivo presurizado 30 segundos mínimo.

No cerrar correctamente el dispositivo de inhalación de monodosis de polvo seco antes de la inhalación.

Dejar el medicamento en la boca.

No cerrar bien los labios entorno al dispositivo.

No estar sin respirar de tres a diez segundos tras la inhalación para favorecer la difusión del medicamento.

No hacerse el enjuague bucal tras la inhalación.

Vídeos del uso de los diferentes tipos de dispositivos

Tipos de inhaladores. Tabla de cámaras y compatibilidades.

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