El sangrado nasal es un suceso frecuente sobre todo en los niños y adolescentes. Sin trauma previo o enfermedad, está ocasionado por la rotura de algún vaso sanguíneo de la mucosa que recubre la fosa nasal.

Ante un sangrado nasal, sienta a la persona con la cabeza recta. No debe tirar la cabeza  hacia atrás ya que el sangrado irá hacia la garganta y se lo tragará, dañando la mucosa del tubo digestivo y del estómago y pudiendo provocar vómitos.

Tampoco debes tumbarle, a no ser que haya riesgo de pérdida de conocimiento.

Introduce algodón en las dos fosas nasales dejando fuera cantidad suficiente para poder retirarlo. Haz que respire por la boca con normalidad. Es aconsejable tapar ambos orificios para aumentar la presión localmente.

Presionar la nariz con dos dedos en forma de pinza, sobre el tabique, tapando ambos orificios durante unos 15 minutos.

Aplica frío (con una bolsa de hielo o cold pack) entre las cejas, en la parte superior de la nariz.

Si ha habido trauma facial previo, introducción de cuerpo extraño, si es una persona que padece de hipertensión arterial, o presenta patología circulatoria (arteriosclerosis), si tiene trastornos en la coagulación o toma fármacos antiagregantes, debe acudir a un centro sanitario.

También si el sangrado no cede en 30 minutos tras las medidas aplicadas.

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