Estamos con Isabel, una enfermera con la que hemos hablado en otras ocasiones, ha pasado por un cáncer de colon y nos cuenta su experiencia.

En esta ocasión hablamos sobre la deshumanización con la que se suelen tratar a los pacientes y el “peso del fonendo” cuando no existe una relación de igual a igual entre profesional sanitario y paciente.

Isabel se sincera y habla desde el corazón, desde su propia experiencia.

¿Seremos capaces de salvar esta barrera? ¿Sabemos mirar a los ojos a las personas que cuidamos? ¿Vivimos en una profesión deshumanizada?

Os dejamos con sus palabras, sin duda llenas de enseñanzas.

Transcripción de la entrevista:

R: Isabel nos habla de la deshumanización con la que se trata en ocasiones a los pacientes

I: Mi percepción, yo a veces soy crítica con el sistema y creo que me lo puedo permitir, porque como trabajo en el sistema hace muchos años, pues lo conozco bien por dentro, bastante al menos. Si alguien de fuera trata mal al sistema, yo soy la primera defensora, pero como paciente y como trabajadora creo que hay cosas que se pueden mejorar.

Yo siempre he pensado, que suerte que estamos en un país que tenemos el sistema que tenemos, yo confío plenamente a ciegas con el sistema y con todos los profesionales, soy confiada. Pero yendo de paciente, suerte que he sido confiada, porque realmente, creo que lo soy por concepto, pero no porque los profesionales me hayan demostrado a mi que yo puedo confiar en ellos.

Porque entiendo que cada uno va a la suya, el digestólogo va a por el aparato digestivo, el cirujano va a por lo que opera, por el proceso quirúrgico, el anestesiólogo, fue el único que me acompañó, unas palabras justo antes de dormirme: “tranquila, que te acompañamos hasta el final de la intervención” y esto me permitió quedarme dormida tranquilamente en la mesa de operaciones. Pero nada más que esto.

Entonces, todo el proceso asistencial, nada, ni una información, de nada, del seguimiento, del pronóstico, de cómo irían las cosas… encontré a faltar la atención más personalizada, desde un punto de vista de la persona integral. Porque hay muchos miedos detrás de una intervención, a parte de los dolores, el peso del fonendo, que te comentaba el otro día.

Recién operada, que te duele todo, te duele también la mente del miedo que tienes… te ponen el fonendo con una frialdad, que es que pesa el fonendo. Yo lo he llevado, yo he utilizado el fonendo muchas veces y teóricamente no pesa, pero hay un momento que si, que tienes el peso del dolor del alma, del fonendo mismo.

Y los médicos, seguramente ellos quieren curar, ellos quieren seguir el protocolo, ellos quieren lo mejor para ti, pero no te lo dicen, entonces como no te lo dicen, tú no lo sabes.

Y te sientes que formas parte de un protocolo, eres uno más dentro de muchos.

Y te vienen a ver y te miran allí todos, cual más guapo y entre ellos hablan bajo, no fuera el caso que entendieras algo, aún siendo de la profesión. Como que la información que ellos tienen entre sus manos no fuera contigo y te sientes como muy vulnerable y entonces ser consciente de esto es importante.

R: Y durante tu estancia en el hospital, ¿alguien te miró a los ojos?

I: No, no, no, no.

R: Gracias Isabel, por tu valentía y sinceridad. Eres una mujer fuerte.

Para saber más: movimiento Mírame, diferénciate. Su objetivo: Humanizar la atención sanitaria.

 

 

8 comentarios

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  • Muy interesante testimonios como el de Isabel. Hace poco he vivido una experiencia como usuario y desde la perspectiva enfermera lo más grave fue la falta de información (tanto en la identificación de los distintos profesionales como en la explicación/consentimiento de los procedimientos). Por otro lado, a nivel técnico excelente.
    Gracias a Isabel por compartir su experiencia y a ti Rosa por el blog.

    • José Manuel,
      gracias por el comentario y por compartir tu experiencia con nosotros.
      Cuando vemos nuestra profesión desde “el otro lado” es cuando podemos ver las deficiencias e intentar mejorar.

      Un abrazo

  • Me ha gustado mucho el testimonio de Isabel. La comunicación (a veces en muchos pequeños detalles) es muy importante para el que está a otro lado. Una mano en el hombro, una explicación sencilla de qué va a ocurrir, que el doctor recuerde el nombre del paciente y que se note que lo sabe… pequeñas cosas que pueden hacer de un profesional reconocido, un estupendo médico para su paciente.

    Saludos,

    Pedro.

    • Pedro, muchas gracias por tu comentario.
      Cierto, son pequeños detalles que marcan la diferencia. Humanizar el trato, ser más sensible hacia la persona.
      Eso hace que te recuerden. Y tú recuerdas siempre a los que has cuidado…

      Un abrazo

  • Hola Rosa.

    Muchísimas por este gran aprendizaje para mí y todos, y te doy la enahorabuena por tu blog.

    También soy Enfermera.

    Un cordial saludo.